Mi profesión de origen.
Mis estudios universitarios los realicé en la UNAM, muy orgullosamente en la Facultad de Filosofía y Letras, La licenciatura en Literatura dramática y teatro. Soy generación 1992 y terminé la carrera casi 10 años después. Para mi profesión no es tan importante un título, ya que al subirse a un escenario no lo piden, por lo que muchos de mis compañeros y yo le damos poca importancia. Terminar la carrera también está en un segundo plano, pues lo que ve un director en el escenario son otro tipo de habilidades y no un papel en la mano que acredite que uno terminó la Universidad. Sin embargo la profesión exige los conocimientos que da la universidad. El problema es cuando uno inicia una carrera en forma paralela a la actuación, como la docencia, pues las instituciones si exigen un título mínimo de licenciatura, por lo que tuve que concluir ese trámite, hace apenas unas semanas.
¿Cuándo, cómo y por qué me inicié como maestro?
Inicié a dar clases hace 10 años en una escuela particular, en donde a los alumnos, como clientes de la escuela, se les daba mucha más importancia que a los docentes, me parece que sin saber que hacer en un inicio, renuncie a los tres meses.
Continué dando clases para adultos de Baile de salón, que podría ser cualquier cosa pero hasta para eso hace falta un método didáctico.
Deje de trabajar en eso por un rato, hasta que me ofrecieron unas horas en preparatoria abierta, esa experiencia me ayudó a darme cuenta de la importancia de la educación y sobre todo trabajar con una actitud de conciencia de los estudiantes sobre su propio esfuerzo en el método de estudio independiente, me dio pie a elaborar para ellos material didáctico y evaluaciones para su proceso.
También tuve oportunidad de trabajar en el Colegio de Bachilleres en el taller de teatro y me di cuenta que no me gustaba dar clases de teatro porque prefiero las materias como lectura y redacción y que para formar actores se necesita mucha más experiencia además de que las materias como teatro, que generalmente son co-curriculares, nadie les da importancia y luego hace uno unos corajes porque quieren grandes producciones sin aportan ni un peso.
¿Qué pienso y siento de ser profesor?
Ahora me gusta ser profesora, me divierto, encuentro una relación especial con cada grupo, siento que el teatro es una buena profesión para activar conciencias pero que la docencia y formar jóvenes es lo mío. Decir que yo los formo es muy pretensioso y quizá no lo logre pero tengo ese compromiso presente cada día lo logre o no.
¿Qué ha significado ser docente en educación media superior?
Es primero un reto, pues todo lo que he aprendido de ser profesora lo he aprendido en la práctica, pero es también un alimento a mi espíritu combativo, es mi trinchera desde donde incito a los alumnos a construir un México mejor.
¿Qué motivos de satisfacción tengo?
El primero es que es una actividad que me da la oportunidad de cubrir mis necesidades básicas, de ninguna manera con lujos pues el salario es muy bajo.
En segundo lugar que el paso de los alumnos por la escuela no sea inútil, que algo se lleven del taller, porque les insisto que no van a tomar clase, pues no es refresco, entre todos construimos una actividad diaria, que así como en un taller de carpintería se construye una silla que será útil a alguien, estaremos construyendo un conocimiento que sea útil a todos.
Un motivo más es que yo aprendo más de ellos, que ellos de mí, y eso es invaluable.
¿Qué motivos de insatisfacción reconozco?
Definitivamente el sueldo, quisiera decir otra cosa, pero en realidad eso es lo único que no me satisface, y las oportunidades tan restringidas para una mujer con un hijo, pues la cuestión de los horarios siempre tiene que empatar con sus actividades y reduce mi campo de acción como profesionista.
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